Desde muy
pequeña siempre me han inculcado tanto desde el seno familiar como el escolar
que la higiene es una de las condiciones básicas para tener una buena salud. Son
dos palabras bien distintas y que están muy relacionadas. Recuerdo en los años
de infantil como la profesora nos hacía seguir unas rutinas de limpieza
personal tanto en el aula como fuera de ella, como por ejemplo; en el aula
siempre que utilizábamos colores de dedos o plastilina nos mandaba lavar las
manos al terminar, si estornudábamos sabíamos que teníamos que poner la mano
delante de la boca y no hacerlo mirando hacia un compañero. En el comedor
siempre nos mandaban lavar las manos antes de comer y después de comer junto
con los dientes y siempre nos hacían recoger todo lo que utilizábamos y ponerlo
en su sitio. Y en nuestro tiempo libre en el cole teníamos que seguir unas
normas iguales para todos, tanto los niños pequeños como los niños grandes. En
el seno familiar siempre era menos obediente que en el colegio y siempre tenía
detrás a mis padres mandándome hacer todas las cosas que a mí se me pasaban o
no me apetecían hacer (como lavar los dientes, limpiar lo que ensuciaba y otras
normas que se van enseñando a los niños a lo largo de la vida).
En mi caso
personal la salud desde bien pequeña siempre la consideré una cosa muy
importante aunque reconozco que en los primeros años no era realmente
consciente de que la palabra salud estaba relacionada con el aspecto de que yo
enfermase. Me descubrieron con 3 años que tenía asma y siempre fue un requisito
básico la buena salud e higiene para yo poder estar bien, esto siempre fue así
desde que yo fui consciente de que esas dos cosas estaban relacionadas hasta mi
edad adulta.
Recuerdo
también que en el colegio desde bien pequeños hasta que terminé la edad escolar
nos inculcaban por activa y pasiva la buena alimentación. Nos daban charlas,
hacíamos juegos, explicaciones, preguntas sobre el tema, etc. Es un aspecto de
la salud que aparte de aprender en mi casa aprendí también mucho en el colegio.
De todos modos
actualmente estamos llevando estos dos temas a un extremo yo creo que
exagerado, es decir, antes los niños podían comer un poco de tierra o hierva,
por ejemplo, y se les reñía a los niños para que aprendieran que eso no se
puede hacer y ya estaba y ahora si una madre ve a su hijo comiendo tierra lo
lleva directamente al médico por si coge alguna enfermedad. Yo creo que debería
haber una balanza intermedia entre los dos casos, ni dejarles llevarse a la
boca cualquier cosa ni ser super alarmistas. También noto con diferencia de
antes (y me baso en pruebas fehacientes que yo misma hice en un trabajo de),
que antes las madres alimentaban a sus hijos con todo tipo de alimentos sin
comidas prefabricadas y actualmente no se si por comodidad o falta de tiempo,
alimentan a los niños con mucha comida prefabricada y que le dan mucho al
antojo del niño, quiero decir que si a un niño no le gusta una cosa la madre
para no discutir o no llevar trabajo ya no se la hace. Yo recuerdo desde mi
experiencia a mi madre obligándome a comer Salmón (un pescado que personalmente
no me gusta nada actualmente) que muy a mi pesar me obligaba a comer y si no lo
comía no me hacía otra cosa, así que finalmente siempre lo acababa comiendo.
Como último
comentar que en el colegio desde bien pequeñitos nos infundían una admiración
hacia los deporte. Recuerdo a todas mis compañeras, incluyéndome a mi, jugando
en algún equipo deportivo del colegio.
Por lo tanto
los malos hábitos de salud o higiene que pudiera o pudiese tener ahora no es por falta de la
educación que recibí a lo largo de mi infancia.
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